El mes pasado Forbes México publicó una nota de mi autoría sobre los aspectos que se deben cubrir para implementar debidamente el cumplimiento normativo en materia de protección de datos personales que todos quienes traten tal información están obligados a observar. A lo largo de más de 4 años de trabajar con responsables en sectores de servicios financieros, de salud, educación, hospitalidad y restauración, etc., he tenido ocasión de ver el valor que se le asigna a la protección de datos, no solamente como otro requisito a cumplir para evitar una sanción onerosa, sino como medio para transmitir una imagen positiva de la empresa, lo mismo que escuchar referencias al tema como una burocracia adicional que no aporta al negocio.
Comunicar lo primero para cambiar lo segundo fue parte del objetivo de los «Roadshows» que ProSoft 3.0, el IFAI y NYCE llevaron a cabo entre noviembre y los primeros días de noviembre desde Tijuana hasta Mérida, en los que nuestro despacho fue invitado para exponer los aspectos jurídicos y prácticos de los esquemas de autorregulación vinculante que empezarán a operar el año entrante, sobre lo cual a continuación se encuentran algunas de las láminas que exponen cómo y por qué la confianza que la protección de datos personales genera es fundamental para el éxito de un negocio.
Las reformas constitucionales de 2009 en materia de privacidad, la Ley del 2010, el Reglamento del 2011 y los Lineamientos del 2013 se inscriben en un proyecto mayor y de más importancia para impulsar la competitividad de las empresas y los negocios en México, que en el beve plazo de 4.5 años de vigencia de la Ley Federal de Protección de Datos Personales ya se ha logrado colocar en el #9 del «Top 10» de países líderes en protección de datos de acuerdo con el Global Data Protection Index de EMC Corporation, lo cual es muy meritorio, considerando lo mucho que falta por hacer por parte del amplísimo universo de Responsables que hay en el país, y el desconocimiento de la materia que aún existe entre ellos, los Titulares e incluso profesionales del derecho.
Sea como fuere, tal posicionamiento de México es sumamente positivo pero todavía deja camino por andar.



